En noviembre de 2024, la Secretaría de Turismo de México (Sectur) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) anunciaron una alianza estratégica con el propósito de fortalecer el turismo deportivo en el país. Esta colaboración busca promover la riqueza cultural de los estados a través de eventos deportivos internacionales, contribuyendo al desarrollo de destinos turísticos menos conocidos y fomentando la inclusión de comunidades locales, como los Pueblos Originarios, en la organización de dichos eventos. Según la titular de Sectur, Josefina Rodríguez Zamora, el turismo deportivo en México está en expansión y se pretende aprovechar esta tendencia para diversificar la oferta turística nacional.
La alianza también tiene como objetivo atraer a un público especializado, interesado en disfrutar de la pasión deportiva en distintas disciplinas, mientras se promocionan los atractivos naturales y culturales de México. Acapulco, en particular, será sede de destacados eventos internacionales en 2024, lo que se considera una oportunidad para revitalizar el destino y generar una derrama económica significativa. Además, se destacaron los beneficios de este tipo de turismo en la creación de empleo y el impulso a las economías locales, especialmente en áreas menos tradicionales que, por lo general, no reciben tanta atención turística.
El proyecto también se alinea con los objetivos de promover la imagen de México a nivel internacional, especialmente a través de eventos como la Copa Mundial de la FIFA 2026 y los Juegos Olímpicos de 2028. En este sentido, se ofrecerá a los atletas la oportunidad de portar la Marca México en competiciones internacionales, fortaleciendo la identidad nacional. La colaboración entre Sectur y Conade también contempla la recuperación económica de Acapulco, un destino prioritario que será clave en esta estrategia de promoción del turismo deportivo.
La alianza entre Sectur y Conade representa un paso significativo hacia la consolidación del turismo deportivo en México, al vincular el deporte con la promoción de la cultura y el desarrollo económico de regiones menos tradicionales. Este enfoque no solo fomenta el crecimiento de la industria turística, sino que también contribuye al bienestar social y económico de las comunidades involucradas.
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